Película de 1995. Con esta película pasé casi toda mi infancia. Poco recuerdo de ella en esos tiempos, pero sí recuerdo que me obsesioné con las llaves viejas. Quizá alguna podía ser mágica y hacer de mi infancia un momento tan impresionante como la de Omri.
De pequeña la habré visto aproximadamente unas veinte veces, de pequeña era así, una y otra vez. No me acordaba de nada, algunas escenas sueltas, pero nada detallado, hasta que la echaron en la televisión y ni me lo pensé.
La historia está llena de imaginación y sueños de película, pero también muestra escenas fuertes y de mucha lástima. Es increíble que en la película pasen tantas cosas. Te enseña la amistad entre diferentes razas, la verdad de la vida, la madurez, el miedo... Muchas.
Otra cosa que no quiero dejar sin nombrar es lo bien que están hechos los montajes de la escena con el indio pequeño. Está genial. Pensaba que iba a ser cutre, pero para nada, parece totalmente real. Eso me impactó, al ser una película de tantos años. No sabía que el nivel de efectos especiales era tan alto (de eso no se nada).
Y sí, es una de esas películas que les pondré a mis hijos para que la vean.
PLÁSTECO